Esta gente es muy española y no lo sabe aún

El despertador, de momento, es un instrumento inútil. 

Estoy deseando haber descansado lo suficiente para levantarme y poder comerme otro día. Esto es un no parar, como una piedra colina abajo, pero sin la hostia del final. O sí, está por ver. 

No creo. 

Hoy es martes y aquí el finde es de domingo a lunes, el sábado trabajamos con el mercadillo. Toca ponerse el mono y ayudar a Jarkko. Luca y yo nos ponemos manos a la obra quitando la parte de muro que queda en la casa que van a reformar. La plataforma es un flan, tan seguro como echarse un piti en la gasolinera. Pero me encanta esto de estar en las alturas quitando pared. 


Hecho esto ya nos dedicamos básicamente a ver como el resto trabajan, vamos como a turnos, sin sudar mucho. La típica foto en la que uno curra y el resto mira, pues encarnada. Buena comida a las 12 y a la 1 vuelta al curro, un poco más de lo mismo y a las tres y media pa casa.

Hoy no iba entrenar.


Bueno, un paseo con bici, que para cuando venga el mal tiempo echaré de menos estos días. Los primeros días me decía Jaume, verás un montón de ciervos, a saco. Pues hoy me he hinchado. Carretera sin asfaltar en la mitad del recorrido, sol poniéndose. Situación bucólica en el siglo XXI. 

Cena muy sana y pastel de Luca, pa habernos matao. 






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